Thursday, March 26, 2009


Me acabo de encontrar con un archivo, hace tiempo que lo veía y no le prestaba atención, lo acabo de abrir, hace como 5 años que lo escribí, no se si algún día lo mande a algún lado, no se para que lo escribí...pero me parece interesante...


El sábado pasado tuve la fortuna de pasar una noche como pocas, mi primo, mi papá y yo, platicando hasta el amanecer nos tomamos muchas cervezas, dos treintas y un veinticuatro, creo que son como ochentaycuatro.

Ya entrada la noche, entablamos una discusión un tanto “candente”, respecto a la existencia de Dios como tal; borrachos, religión y política... nada bueno sale de ahí. El caso es que mi primo hizo referencia a las “barbaridades” que realizaban los Aztecas o cualquier otra civilización no-cristiana precolombina en México, haciendo referencia a los sacrificios humanos de los que se tienen conocimiento, de cómo los españoles acabaron con todo eso, trayendo a su Dios, que es el único y verdadero.

Al siguiente día, el papá de mi primo, Víctor, me pregunto que si quien había ganado; por su puesto que los españoles. Pero no solo perdieron los Aztecas, perdimos todos, por que con su grandeza, con sus costumbres, con sus creencias, también pereció lo que hacia grande a esta civilización, su valor, su confianza, su fe... esa fe que los hacia esperar el regreso del mas grande de sus dioses, aquel que partió un día dejándoles grandes enseñanzas, aquel dios mitológico que les dejo un legado de realeza, de fuerza para crecer y fortalecerse como nación, como la gran civilización que fueron.

Con la llegada de los españoles, con su triunfo, con sus crímenes, no solo amaniataron ese gran pueblo, también su fe, también su esperanza, les enseñaron a ser esclavos, a no luchar, a no esperar nada, a no hacer nada, a no tener mañana.

Esas enseñanzas se quedaron en la mente de un pueblo que creció, que logró su libertad y que a su vez, las heredaron para ser la gran cruz con que carga nuestro pueblo, no importa si somos hijos de españoles, franceses o gringos, somos mexicanos y como tales, tenemos nuestro pedacito de herencia.

Todos sabemos de lo que hablo, así como cargamos con este peso, también hemos luchado durante siglos por salir adelante, por cambiar ese camino por el cual comenzaron a andar nuestros antepasados, después de haber labrado los más hermosos senderos imaginables, poco a poco estamos recuperando esa fe, paso a paso, recordamos la grandeza que perdimos, la vamos recobrando al recordar quienes somos y de donde venimos. Por eso, creo que es importante la historia, de nuestro país, estado, municipio, poblado, colonia, escuela, familia.

Siempre nos preguntamos, de donde venimos?

Hace una semana, se contacto un familiar mío de Chile, es primo segundo de mi papá, su mama es prima de mi abuela, su abuelo y mi bisabuelo eran hermanos, nadie de mis tíos abuelos sabía nada de la familia de mi bisabuelo, a pesar de tener tanta historia, poco conocían de ella; trece años, una “zurra” de sus papas en Reinosa, España, un barco, Veracruz, México, fortuna tras fortuna, un hermano perdido en Argentina, su esposa, sus hijos...

Hace cinco años, puse un anuncio en una pagina de genealogia, muchos correos me mandaron, el único certero fue este. Ahora conocemos a los hijos del hermano de mi bisabuelo, a su padre (en fotos claro), a su madre, a sus hermanos, su historia.

Ah, muy importante, también tenemos donde llegar en Chile!!!

Si terminaron de leer todo esto, felicidades, han pasado la prueba, espero que les quede algún mensaje, si no lo descifran, pues reléanlo muchas veces, hasta que se duerman, después, busquen en sus sueños...

....algo mas, una canción de Fernando que habla de Quetzalcoatl, es muy buena.

Primer estrella de la tarde


Las lunas que sumaban

Los que miran

Las estrellas hace tiempo

Se dejaron de contar

Después vino el olvido

Y en su seno

Tu nombre aéreo y terreno

Se dejó de pronunciar

Siguiendo tus pasos

Pensando en tu obra

Y entonando la leyenda

Vuelvo a trazar tu perfil

Reconozco tu mano tras de todo

Pero sólo hallé silencio

Cuando pregunté por ti

Mostrabas con tu ciencia

La paciencia

Y cuando llegó la hora de irte

Todos sintieron pesar

Te despediste de los que te amaban

Diciendo que no lloraran

Que jurabas regresar

Y aún prometes volver

Con la primera estrella

Que eres tú al atardecer

Desde la barca viva

De tu exilio, donde el mar

Y en donde nadie te vio regresar


(1996)

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