Anoche fuimos a pedalear, despues de un no-tan-buen dia en el trabajo. Desde que llegue me encontre la maquina infestada de porno, trabajo pendiente y muchos correos y llamadas solicitando material, informacion, consejos de belleza y otras pendejadas mas.

Cuando por fin sali andube dos horas en la calle, todo para conseguir la inche tarjeta del Dish, siempre he dicho que la TV es uno de los pesos mas grandes que cargamos. Me hubiera gustado vivir cuando no existia, tendriamos mas tiempo, la gente seria mas sociable, ademas no gastariamos 90dlls en tarjetas piratas para poder ver peliculas, caricaturas y todo lo que ofrece la TV por satelite y no estar apendejandote mas viendo chismes, noverlas, chismes, noverlas y no-mas en los canales de TV publica.

Una buena pedaleada nocturna, alejados de la ciudad, respirando aire fresco, contemplando las luces a lo lejos, aroma a cachanilla, un cielo estrellado y nada en que pensar, solo sentir.

El fin de semana pasado escalamos un rato en el coyote, tambien pedaleamos, Carlos se cayo dos veces, yo almenos unas dos veces vi el suelo muy cerca. Pero lo mejor del dia fue haber pasado junto a una cascabel sin darme cuenta ni yo ni ella. De regreso fue cuando la vi, estaba a escasos tres metros de donde estaba sentado Carlos, despues de los dos madrazos que se dio pedaleando, no me hubiera sorprendido que la vivora lo mordiera. Afortunadamente no fue asi, la dejamos dormir y seguimos escalando un rato, hasta que al parecer le dio calor y lentamente paso por debajo de las rocas donde estabamos y se metio en alguna cueva bajo nosotros. Nos recordo que esa es su casa, nosotros somos visitantes y tenemos que tener cuidado y mostrar respeto.

La contraparte de cuando salgo asi, es que Karen aun no me puede acompañar. Todavia faltan unos años.